Mi
opinión sobre el tema de separar a los niños o niñas que tengan necesidades
educativas especiales… la tengo bastante clara.
En mi opinión,
me parece perfecto que los niños con necesidades educativas especiales estén
integrados en una clase con los demás niños que no tienen ese tipo de
necesidades.
La cuestión está en, desde mi punto de vista, la
formación de los maestros. Y digo esto porque no todo el mundo tiene la
habilidad de saber cómo tratar, cómo actuar ante un niño con necesidades
educativas especiales. Considero que todos los maestros/as deberían tener una
formación sobre este tema, ya sea a nivel de universidad o a nivel
complementario a los estudios de grado en la universidad. La cuestión es que
los profesores no son “sabios”, “no lo saben todo”, necesitan formación y, a mi parecer, la formación en este campo es
escasa, pero sumamente NECESARIA.
Puedo poner
como ejemplo los años en los que, durante el bachillerato, estuve apuntada a
clases de tenis en Montilla, mi ciudad. Al principio formábamos el grupo 8
personas, todas éramos niñas que estábamos empezando a aprender. Pero más
tarde, se incorporó una niña que tenía síndrome de Down, y que era tres años
más pequeña que yo.
La acogimos muy bien y tal, pero desde el principio se veía que como desde su casa se lo consentían todo, ella se creía que allí también iba a pasar lo mismo. Un ejemplo lo tenemos cuando teníamos que recoger las pelotas, y todas íbamos y las recogíamos, pero, sin embargo ella intentaba escaquearse para no tener que agacharse a recoger pelotas. Y qué pasaba, que mi profesor no sabía cómo abordarlo y lo que hacía era no darle mucha importancia.
La acogimos muy bien y tal, pero desde el principio se veía que como desde su casa se lo consentían todo, ella se creía que allí también iba a pasar lo mismo. Un ejemplo lo tenemos cuando teníamos que recoger las pelotas, y todas íbamos y las recogíamos, pero, sin embargo ella intentaba escaquearse para no tener que agacharse a recoger pelotas. Y qué pasaba, que mi profesor no sabía cómo abordarlo y lo que hacía era no darle mucha importancia.
Pero esto me
parece normal, quiero decir que no todo el mundo “sabe” cómo tratar y cómo
actuar ante niños con necesidades educativas especiales. Creo que deberíamos
demandar más formación para el profesorado sobre este tema, ya que desde mi
punto de vista, aquí radica el problema de todo. Incluir también, la
posibilidad de que los padres con niños con este tipo de necesidades puedan
disfrutar de más información sobre el tema.
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