La viñeta de
hoy me hace reflexionar sobre un aspecto del que todavía no había reflexionado
al comentar mis viñetas.
Podemos observar cómo aparecen
muchos niños jugando en el recreo de su escuela. Cada uno de ellos juega por
libre y de forma independiente. Todos parecen muy felices, sin embargo, aparece
una pregunta dentro de la viñeta: “¿Cuál es el niño sordo?”.
Si nos paramos a reflexionar un
poco…, aparentemente todos los niños son felices jugando de forma
independiente, pero algo que hay que tener en cuenta es que dentro del grupo
que podamos tener de alumnos, cuando en un futuro estemos trabajando como
educadores, puede que haya algún niño sordo y, sin embargo, no le demos
importancia porque pueda pasar desapercibido.
Debemos ser muy conscientes de
que este tipo de problemas, me estoy refiriendo en concreto a la sordera,
suelen pasar desapercibidos durante los primeros años del niño, ya que muchas
veces el hecho de que un niño no hable, se asocia a que “todavía no se habrá
desarrollado” y que “ya se desarrollará, porque cada niño evoluciona de una
forma determinada”. Pero también es verdad que debemos estar atentos a que el
niño/a, aunque no haya desarrollado la capacidad del lenguaje, entienda las
instrucciones que se le dan desde la clase, instrucciones que da la maestra
para todo el conjunto de clase en general. Estos casos son a los que debemos
prestar gran atención, puesto que si observamos que un niño/a no responde ante
las indicaciones dadas desde la clase, puede que el niño tenga alguna
deficiencia auditiva; sin embargo, esto se suele asociar a que “el niño/a va
por libre” o que el niño/a es muy independiente”, etc.
Por lo tanto, debemos ser
sensibles como futuras maestras a este problema que se puede presentar en
clase, y que si no se le da importancia, puede pasar desapercibido, influyendo
negativamente en el desarrollo posterior de los niños. Por lo tanto, los más perjudicados
ante este problema que puedan tener, son los propios niños/as, que tendrán un
retraso bastante grande con respecto a los demás niños/as de su clase.
Tener en cuenta
que las necesidades especiales deben vivirse como un reto más que como un peso
o una carga. Debemos luchar por conseguir que los niños se desarrollen de la
mejor manera posible, de la forma más feliz y que sientan que son importantes,
porque todos somos importantes. A esta reflexión final, debo decir, que ha
contribuido la exposición que han hecho hoy mis compañeras, sobre cómo trabajar
en el aula las necesidades educativas especiales. Este tema me parece muy
interesante y pienso que deberíamos informarnos
más sobre este tema, ya que es normal que en nuestras clases tengamos
algún alumnos con este tipo de necesidades.
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