miércoles, 9 de marzo de 2011

Clase del 9 de marzo de 2011

La clase de hoy me ha gustado porque hemos tratado temas que me resultan bastante interesantes.


Uno de esos temas ha sido el de los padres y la autonomía de los niños. Y digo que me ha gustado porque hemos estado hablando de la sobreprotección hacia los niños, un tema que me parece bastante interesante. En mi opinión, se debe dejar que los niños investiguen, exploren, manipulen…, y, aunque bajo supervisión, se debe dejar que los niños tengan “libertad” y que así, poco a poco, vayan adquiriendo una mayor independencia y autonomía.
Este concepto me recuerda al tema de psicología del desarrollo en el que veíamos la teoría Psicosocial de Erikson, el cual decía que el ser humano tenía la necesidad de una vinculación social, y que se desarrolla en estadios psicosociales asociados a la vinculación con otros seres humanos. Él estableció una serie de fases:
-          La primera fase estaría comprendida entre los cero y el año y medio. Ésta se caracterizaría por la confianza que van adquiriendo los niños cuando son pequeños dentro de su entorno, frente a la desconfianza que se puede generar en ellos si no tienen el apoyo que es necesario que los padres den a sus hijos.
-          La segunda fase iría desde el año y medio hasta los tres años. Se caracteriza por la adquisición progresiva de autonomía, y donde comienza a descubrir su propia identidad, frente a la vergüenza y duda que podría generarse en el niño si cuando realiza algo por sí mismo comprueba que no le sale bien debido a que previamente, nunca antes había tenido semejante oportunidad.
-          Y la tercera fase comprendida entre los tres y seis años, donde el niño va adquiriendo iniciativa, gracias a la previa confianza y autonomía adquirida en las fases anteriores, frente a la culpa que pueda sentir al no realizar las tareas que sabe que debería hacer.

Otra cosa que hemos hablado en clase y que me ha hecho reflexionar, es el tema de las actividades expresivas que se llevan a cabo en la escuela y en la familia. Muchas veces se “mete la pata” en este tema, porque los niños son expresivos por sí mismos, solo que cuando entran en la escuela, y también desde la familia, hacemos que actúen tal y como queremos, privándole, inconscientemente, de su espontánea expresión. Por eso, tenemos que fomentar, no privar, este tipo de actividades expresivas a los niños.
Otro aspecto que me parece importante destacar y que hemos estado comentando en clase es la importancia del recreo. Es importante en el sentido de que los niños juegan, se divierten, van adquiriendo su papel dentro de su grupo (cosa fundamental e importante), aprenden a organizarse, a jugar de forma cooperativa, a participar, a dar su opinión, a resolver problemas que puedan surgir de forma adecuada, etc. Estos son algunos de los motivos por los que el recreo es tan importante en el desarrollo del niño. Por eso, nosotras, como futuras docentes, debemos tener la capacidad de “dar libertad” a los niños en el recreo, aunque siempre bajo una vigilancia, pero la cuestión es que se intervenga en casos necesarios, como puedan ser, una pelea, un conflicto que no hayan sabido solucionar, ante situaciones de riesgo o peligro…, pero dejarles que experimenten y aprendan también por sí solos. “Y si se caen, que se levanten, y si no pueden, ahí tienen a su amigo que puede ayudarle a levantarse.”

La clase de hoy me ha gustado bastante porque me ha hecho reflexionar sobre muchos temas que me parecen muy interesantes, y sobre los cuales deberíamos pararnos más a menudo a pensar, porque estos pequeños detalles, que a veces pasan desapercibidos, son los que te convierten en una gran maestra.

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