miércoles, 2 de marzo de 2011

Viñeta 3: el teatro



La viñeta de hoy me ha llamado mucho la atención por muchos aspectos que podemos analizar de ella:

Uno de ellos, y a simple vista yo creo que se trata del más llamativo, es que alguien está representando con títeres un teatro que simula una clase de un colegio en un día normal.
Resulta curioso cómo muchas veces nos dejamos guiar de tal forma, que acabamos siendo manipulados por los demás. Y es que a los maestros muchas veces les ocurre lo mismo; se dejan guiar por lo dispuesto por ley para llevar a cabo en una clase, y se olvidan de innovar, de crear, de adaptarse a las necesidades de sus alumnos, cada uno con unas características específicas, se olvidan de lo que significa la palabra implicación, responsabilidad y compromiso, que en mi opinión son algunas de las claves que deben tener en cuenta, ya no solo los maestros, si no también todo aquel que trabaje. Y si esto se tuviese en cuenta disfrutaríamos más y seríamos más conscientes de lo que hacemos, sabiendo que lo que hacemos sirve para algo, y al mismo tiempo puede estar sirviendo a alguien.
Por lo tanto no tenemos que dejarnos manipular como a títeres que son manejados por hilos. Debemos actuar con consciencia y sabiendo lo que hacemos, por qué lo hacemos y cómo lo hacemos, para así llegar a ser verdaderos profesionales de nuestro trabajo, teniendo nuestros propios criterios a la hora de tomar decisiones, sin dejar que nadie decida por nosotros.

Otro aspecto que me llama la atención es que la clase que se está representando en este teatro, es la típica clase magistral en la que el profesor desde su sitio expone la lección del día y los alumnos, sentados, quietos y callados, desde sus mesas escuchan lo todo lo que dice el profesor.
De esta manera, no hay interacciones entre profesor y alumnos, tampoco se establece ningún tipo de contacto, y lo que sí se establece muy bien es el rol de cada individuo de la clase, en la que el profesor es sólo el profesor, y los alumnos son sólo los alumnos. Con ello quiero decir, que la situación no da lugar a que se establezca una relación de confianza entre el profesor y el alumno, y por tanto los alumnos sólo ven al profesor como alguien que llega a clase y les “suelta el rollo” que toque ese día, no como alguien a quien le puedan contar sus miedos, preocupaciones, problemas, alguien con quien puedan compartir sus triunfos, alegrías, motivaciones, etc., en definitiva, alguien en quien puedan confiar.

En cualquier caso, un aspecto en el que debemos reflexionar y que me parece muy importante, ya no solo a la hora de llevar a cabo nuestra labor docente, sino como un aspecto que tenemos que tener presente a lo largo de nuestra vida, es el tema de nuestra personalidad. Tenemos que ser personas con personalidad, que tengan criterio para saber tomar decisiones de forma adecuada, que no se dejen manipular por otros, y personas conscientes de que nadie es mejor que nadie y que todos tenemos algo que aportar a los que nos rodean.

También es importante reflexionar sobre algo que no he mencionado antes, y es que nuestra vida no es un teatro, que nuestra vida es la realidad y nosotros somos los que la guiamos. Por ello es bueno que seamos conscientes de lo que hacemos y de por qué lo hacemos.
Tenemos que ser conscientes de que nosotros, como futuros maestros de educación infantil, tenemos en nuestras manos el aprendizaje y desarrollo de muchos niños que a lo largo del tiempo van a ir pasando por nuestras clases, y que poco a poco van a ir formando parte de nuestras vidas. Por eso, se merecen de nuestro esfuerzo y compromiso, ya que somos nosotros los que vamos a ayudar a que se establezcan las bases de su futuro y óptimo desarrollo.

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