miércoles, 4 de mayo de 2011

Clase 4 de Mayo 2011

En la clase teórica de hoy hemos estado tratando el tema de los valores presentes en las danzas y los juegos tradicionales, llegando a concluir que en los juegos debemos intentar fomentar la transmisión de valores, no de antivalores.

Algo que me ha llamado la atención y que debemos tener en cuenta como futuros maestros, es que la competitividad puede considerarse un valor si se trabaja bien y se explica razonadamente a los niños, pero se convierte en un antivalor si, por ejemplo, al ganar en un juego se humilla al adversario.

Hemos estado comentando los valores que se pueden transmitir en los juegos. A continuación los nombraré y destacaré lo que me ha parecido más interesante a tener en cuenta:
·        La libertad: existe cuando el niño decide qué, cómo y cuándo. No habría libertad cuando impongamos una actividad, ya que en ella todos tienen o deben participar, y tú eres el que decide qué hay que hacer, cómo hay que hacerlo y cuándo se ha terminado el juego.
·        La democracia: aparece cuando entre todos los niños implicados en el juego deciden los papeles o roles de cada uno en el juego propuesto. Es importante observar que cuando el material pertenece específicamente a un niño, la democracia desaparece puesto que es el propietario del juguete (ya sea balón, comba, muñeca…) el que decide por los demás y será el que dirija todo el juego. Pero por lo general, cuando dejamos a los niños que se organicen en su juego, suele haber democracia.
·        La tolerancia: consiste en respetar para que el juego pueda seguir desarrollándose. Por ejemplo, cuando juegan niños de muy diversas edades todos deben adaptarse a todos para que pueda darse el juego. Si no se adaptan menos tiempo tendrán de jugar, y eso es algo que no les conviene, por eso aparece este valor, que en principio es un poco egocéntrico.
·        El consenso: éste se da en el momento de la creación de las reglas o normas del juego. Hay que tener en cuenta que éste desaparece cuando intervienen los adultos. Por esta razón también debemos darles a los niños libertad y tiempo para que jueguen a los juegos que les interesan.
·        La solidaridad: los niños deben ser solidarios con los más débiles. Pongo el ejemplo del “cascarón de huevo”, que es la persona que está dentro del juego pero que es neutra.
·        La cooperación: se da cuando todos contribuyen a lograr un objetivo.


También hemos estado comentando una serie de antivalores que se transmiten en los juegos, y que debemos procurar que no se fomente esa transmisión, sino que se fomente la transmisión de todo lo contrario: de los anteriores valores.
Algo que me ha llamado bastante la atención ha sido el momento en el que hemos estado comentando en clase el tema de los juegos de peleas. Parecen absurdos pero de esta forma los niños se desfogan y cuando entran en clase son tan amigos. Y este planteamiento me ha hecho recordar a que yo cuando era pequeña jugaba, a veces, con mi primo (que era de mi edad), a “luchadores de zumo” (ahora de pensarlo no puedo evitar reirme…). Nosotros pintábamos nuestro círculo del que no podíamos salirnos, y el primero que hiciera que el contrario saliera del círculo era el que ganaba. Y nosotros éramos tan felices jugando a ese juego…
            Otro aspecto que me ha llamado la atención ha sido la frase que aparecía en una viñeta: “Hay que procurar que las niñas en sus juegos diarios vayan tomando afición en lo que en un día será su tarea diaria”.
Pienso que esta frase es demasiado machista y sexista. En mi opinión, nosotros como futuros maestros debemos educar y concienciar a nuestros niños de que todos estamos igual de capacitados para hacer unas cosas y otras. Pienso que la importancia reside en no imponerles nada, si no que ellos se vayan dando cuenta de las cosas guiados por el maestro/a.

            Por último hemos estado comentando valores atribuidos a los distintos sexos:
  • Valores atribuidos al sexo masculino: agresividad, dominación, protagonismo, fuerza, valor, competitividad, actividad.
  • Valores atribuidos al sexo femenino: afectividad, sensibilidad, ternura, pasividad, solidaridad, cooperación, expresividad, flesxilibilidad.

En mi opinión, este tipo de valores atribuidos a niños y atribuidos a niñas debería desaparecer, es decir, esta “barrera de colores” debería unirse y formar una, ya que tanto niños como niñas deben tener las mismas posibilidades.
Es importante que tengamos en cuenta que jamás debemos plantear juegos “para niños” y juegos “para niñas”; debemos plantear juegos y después que cada uno elija al que quiere jugar.

Por tanto, puedo decir que la clase teórica de hoy me ha gustado bastante y ha hecho que reflexione sobre algo tan importante como es la igualdad entre hombres y mujeres. Al mismo tiempo ha hecho que me dé cuenta de que a través del juego se pueden transmitir valores que pueden ser muy positivos a lo largo de la vida.

Por último termino con esta imagen que me ha parecido bastante interesante para que reflexionemos sobre el tipo de educación que queremos transmitir a nuestros alumnos/hijos.

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