lunes, 9 de mayo de 2011

Libro: El fútbol y las muñecas: Por qué las niñas y los niños son como son


El libro trata de hacernos entender las diferencias entre niños y niñas, ya que es algo que considera necesario para poder iniciar el camino de la acción educativa y la mejora del desarrollo humano. La idea principal que se nos muestra en el libro es que aunque nacemos con diferencias biológicas, éstas se incrementan a medida que los niños y niñas se integran en la sociedad; las interacciones familiares, los tipos de juegos, las amistades infantiles, el rendimiento escolar, las interacciones con el profesorado, son algunos de los aspectos que se mencionan y que intentan mostrar cómo las diferencias entre niños y niñas son aceptadas y potenciadas por los adultos y la sociedad en general.


El libro pretende sensibilizar sobre la desigualdad actual entre hombres y mujeres, y sobre las diferencias entre niños y niñas. También ha intentado explicar la importancia de la educación, tanto desde la familia como desde la escuela, para mejorar su desarrollo y comprender cómo estas diferencias se pueden ir reduciendo.

En mi opinión, los principales causantes de que siga existiendo esta desigualdad de género son los adultos que nos rodean, ya que muchos de ellos han sido educados en unos contextos machistas y en los cuales se consideraban a la mujer como un simple objeto. Pero hay que tener en cuenta, tal y como también nos dice la autora, que los cambios no son fáciles, y especialmente cuando los medios de comunicación nos transmiten el mensaje de la imposibilidad de hacerlos, a menos que ocupemos un puesto de poder; pero esta imagen que nos transmite la sociedad no es siempre compartida ni necesariamente cierta. Debemos ser personas críticas, y conseguir transmitirles a nuestros alumnos esta idea de “ser críticos”.

En el caso de las diferencias entre niños y niñas, me he dado cuenta al leer el libro que las diferencias a nivel biológico se reducen a tener un cromosoma distinto (de los 46 que tiene cada célula), y este cromosoma será el responsable del desarrollo de las diferencias físicas y hormonales propias de cada sexo. Sin embargo, estas diferencias hormonales no son ni estables ni absolutas, pues no existen hormonas que sean exclusivas de un sexo, ni las diferencias se mantienen constantes a lo largo de todo el desarrollo humano. Otra cosa que también me ha llamado la atención es que a nivel de comportamiento y procesos psicológicos, tampoco se han encontrado grandes diferencias entre hombres y mujeres, salvo algunas tendencias como que las niñas y mujeres tienen una mayor orientación social, y mantienen relaciones sociales más empáticas y democráticas; aunque sí aparecen enormes diferencias entre hombres y mujeres en cuanto al tratamiento socio-cultural que históricamente han recibido (por ejemplo, la escasa representación de la mujer en nuestro pasado histórico y científico, o el importante papel de los medios de comunicación en la divulgación de un ideal femenino basado en la estética y la sumisión).

Algo que me ha llamado especial atención ha sido el momento en el que se ha comentado que las diferencias entre niños y niñas aparecen desde el momento del nacimiento cuando la familia y los iguales refuerzan aquellos comportamientos que se asocian a un determinado género. Si nos paramos a pensar esto… lleva mucha razón, y pocos niños y niñas pueden escapar de esta influencia, por lo que estas diferencias se van acentuando cuando van creciendo, llegando a la pubertad con experiencias distintas, juguetes y juegos distintos, y habilidades de interacción social diferentes. Las pequeñas diferencias entre niños y niñas en el momento del nacimiento no hacen más que crecer a medida que evolucionan. Probablemente no exista una intención de intentar que niños y niñas sean diferentes, pero los comportamientos habituales que tenemos hacia ellos y ellas realmente lo potencian.

Llama la atención cómo algunos autores opinan que las causas de la segregación por el género se debe a la propia naturaleza femenina y su precocidad en el desarrollo del lenguaje y de la emoción; otros lo explican por las influencias ambientales, argumentando estas diferencias en base a la distinta estimulación que reciben niños y niñas por parte de los adultos. En mi opinión, ambos razonamientos se apoyan el uno del otro, y entre los dos se podría explicar este complejo fenómeno de la socialización de niños y niñas. En cualquier caso, las niñas en general muestran un desarrollo más avanzado que los niños. Su precocidad en el lenguaje, conlleva una complejidad y precocidad en su pensamiento, lo que las lleva a desarrollar juegos diferentes.

Algo que me ha llamado especial interés y que ha sido comentado en el libro por la autora es que el desarrollo moral ha sido explicado tradicionalmente desde una perspectiva masculina, y cuando las mujeres eran mencionadas era para explicar su inferior nivel de desarrollo. Esto es algo que me ha llamado bastante la atención pero que a fin de cuentas… no me sorprende, debido a la inferioridad que desde siempre se nos ha tratado a las mujeres. Pero resulta curioso, hacían estudios a hombres, y sacaban conclusiones generales… (¡Vaya plan!)

Algo que me ha gustado del libro es que propone que si desde la escuela se quiere intervenir para equiparar el desarrollo de niños y niñas, se debería de hacer un gran esfuerzo para conseguirlo; la actitud de no hacer nada implica el mantener una situación cuyas consecuencias no benefician ni a niñas (porque no son estimuladas en la independencia, la seguridad) ni a niños (que no son educados en el cuidado y los sentimientos).

Otro aspecto que ha llamado mi atención ha sido el momento en el que se ha comentado en el libro el sexismo en los libros de iniciación en la lectura, poniendo como ejemplo el caso de las aventuras de papá Micho, la mamá,  y sus hijos, Michín, Canelo y Morito. Al parecer estas historietas están cargadas de mensajes sexistas. Por ejemplo, la mamá tiene nombre genérico (la mamá Gata), y además los tres hijos son varones.

A continuación escribo algunas de las frases que aparecían en el libro como ejemplos:

“Michín fue con su papá a jugar al fútbol”

“La moto de papá no frena”

“Mamá Gata trabaja (acompañada de la ilustración de la mamá planchando) y papá trae el trigo” (el papá en su moto trayendo la comida para la familia)

“La mamá Gata es muy amable y muy noble, habla con cariño a sus hijos y dobla la blusa de papá Micho”.

Tengo que reconocer que cuando leí estas oraciones me impactaron bastante, porque me ha hecho reflexionar en cuántos niños/as habrán aprendido a leer con este libro que, efectivamente, muestra sexismo en sus oraciones.       

En mi opinión, lo importante y lo que se debería hacer es hacer hincapié en que todos, tanto niños como niñas, estamos capacitados para hacer las mismas labores y tareas, aunque también es verdad que cuando hablamos de organización del hogar es bueno llegar a un acuerdo en el reparto de las tareas domésticas, y aunque, tanto niños como niñas somos capaces de hacer las mismas cosas, eso no quiere decir que no podamos llegar a un acuerdo en las labores del hogar y que de esta manera el trabajo quede repartido.

En el libro se defiende la perspectiva de la necesidad de educar para mejorar el desarrollo completo personal, y no solamente aquellas habilidades más relacionadas con el género. Es por ello que aunque no podamos negar la influencia de la evolución humana, tampoco podemos aceptarla sin más (las experiencias e influencias sociales deben ser consideradas). Si bien existen diferencias biológicas, estas se ven magnificadas por la sociedad, no potenciando el acercamiento entre niños y niñas, chicos y chicas, hombres y mujeres.

Una frase que me ha gustado especialmente del libro es:

“Somos libres de decidir qué hacemos y cuándo, decisión que en ningún caso deberá estar mediada por una cuestión de género”.

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